LA ENVIDIA

 

ENFRENTARNOS A NOSOTROS MISMOS.

La envidia es una de las pruebas a las que deberá enfrentarse todo aquel que esté dispuesto a evolucionar espiritualmente y que en un futuro esté dispuesto a ser trabajador de la Luz.

No hay nada más absurdo y destructivo que la envidia. La envidia es una emoción, una forma de sentir que  arrastra al ser  a un estado muy  primitivo. El envidioso por naturaleza ni vive ni deja vivir, pues todo su afán es codiciar todo cuanto los demás poseen ya sea en el  plano físico (vienes materiales, posición social etc.) o en el plano espiritual  (tener un don o conocimiento del más allá). De la envidia surgen las críticas más dañinas y destructivas que podamos imaginar, hasta que finalmente puede convertirse en un estado enfermizo y obsesivo que  arrastra a los mundos inferiores y que solo atraerá energías oscuras o negativas.

Como ya sabemos nada es casual  y en el transcurso del camino por la vida,  surgirán las pruebas, de tal forma que  aparecerán personas o grupos de personas que por un tiempo convivirán con nosotros y provocarán situaciones de las cuales podremos ver y sentir que esa energía primitiva existe, que está ahí y que en un momento dado nos puede llevar a situaciones que incluso pueden llegar a crear conflictos con nuestros semejantes  o familiares, pero que nos ayudarán a recordar y sobretodo a comprender, que esos viejos patrones, no son buenos para nosotros. Todas estas pruebas por así decirlo, son indispensables, porque en muchas ocasiones creemos que por el hecho de estar en un camino espiritual y de luz, nuestro espíritu está puro.  

Muchas veces estas vivencias nos pueden llegar a sorprender precisamente porque confiamos en que todo está bien. Pueden ocurrir dos cosas: La primera que descubramos que aun  quedan restos de un pasado que no hayamos liberado, con lo cual estas situaciones o otras similares se irán repitiendo hasta que se haya hecho la limpieza y por consiguiente la liberación. La segunda  seria que si esa parte está sanada, deberemos aprender a ser fuertes, a no enojarnos ante este tipo de ataques, ignorarlo hasta que llegue un momento en el que ya no nos afecte. Superado esto, ya estaremos dispuestos a subir un escalón más, en esta hermosa escuela a la que llamamos vida.

No temáis si la historia se repite una y otra vez, ni lo toméis como un castigo, pues nada más lejos de la realidad, sed pacientes, sencillamente es que a veces nos cuesta separarnos de viejos patrones, porque al enfrentarnos a nosotros mismos nos negamos a ver lo que realmente estamos viendo y a veces nos duele. Pero todo pasa, solo hay que pedirlo  y querer liberarlo. No estamos solos las ayudas siempre están ahí a punto para cada uno de nosotros tanto en el plano espiritual como en el físico, pues ambos los necesitamos para nuestro crecimiento.

El sabio querrá liberarse para poder crecer, el ignorante mirará hacia otro lado y permanecerá anclado y como arma utilizará la autocompasión, culpando siempre a los demás de su desdicha y yendo de victima.

Nadie nos obliga a nada, nosotros decidimos.

                                                                                                                              Montse Torres