TRABAJADORES DE LA LUZ

 

Muchos son los Seres que hoy son trabajadores de la Luz. Y lo más hermoso de todo es que lo están haciendo por voluntad propia, porque sus preciosas almas así lo sienten, y también porqué saben que tienen una misión que cumplir tanto por el bien de nuestros  hermanos, como por nuestro hermoso y perfecto universo. Ser un guerrero de la Luz o trabajador de la Luz no es tarea fácil, pues difíciles son las pruebas que se han de superar, para poder llegar a ser lo más puros posible. Tiene su recompensa que sin saberlo es tan  gratificante, que lo que se siente interiormente no tiene precio  y difícilmente se puede expresar con palabras.  A veces es tan grande lo que sienten en su corazón que lloran de alegría de tanta plenitud y de sentirse tan afortunados por todo cuanto el universo  les ha regalado.

La misión de un trabajador de la luz es ayudar a otros en su camino, ya sea físicamente o espiritualmente, pues todas las ayudas que vengan de un corazón noble son bien recibidas. Por muchos conocimientos que se tengan, la misión de un trabajador de la Luz es enseñar, pero jamás imponer. Imponer es un delito muy grave y no es de humildes, pues nunca debemos olvidar que cada uno tiene su cultura y sus creencias  y estas siempre deberán ser respetadas.

Muchas veces se suceden  situaciones en las que da la sensación de no poder ayudar en lo necesario, no debemos desesperar ni olvidar que los trabajadores de la luz también actúan como puertas, para activar alguna cosa en la persona a la que se intenta ayudar  y que posiblemente por la razón que sea no está en nuestras manos esa sanación, pero que posteriormente  otra persona a la que pondrán en su camino terminará.

No todos los trabajadores de la Luz se encuentran en un mismo nivel de conciencia aunque los objetivos sean los mismos, cada uno trabajará según sus conocimientos. Se debe trabajar siempre desde el corazón y sin fines propios, jamás imponer nada a nadie, pues todos somos libres y debemos tener la libertad de elegir. El verdadero camino de los trabajadores de la Luz se sabe cuando empieza, pero nunca termina. El verdadero trabajador de la luz está oculto, no le gusta la publicidad, pues su trabajo es demasiado importante como para hacer de ello un espectáculo. Un verdadero trabajador de la Luz se enriquece de ayudar a sus hermanos, pues esta es su misión ayudar. La verdadera sanación , viene de lo más alto a nuestro interior y es mucho más sencillo de lo que parece, no hagamos de esto un espectáculo.

Nuestro creador es amor, y le gustan las cosas puras y sencillas, hagamos pues de ello un honor.

                                                                                                                                    Montse Torres