Noche oscura del alma

 
Cuando el Ser de Luz que todos llevamos dentro, despierta a una nueva conciencia, puede ver con los ojos del espíritu y sentir con el corazón, entonces cosas maravillosas suceden, nuevas puertas se abren, puertas que conducen a otras dimensiones, a otros mundos y a otras realidades que no pueden ser vistas con los ojos físicos. Cuando esto sucede, el Ser se siente afortunado y dichoso porque por primera vez puede contemplar las maravillas del hermoso universo y todo lo que tiene reservado para cada uno.
El Ser se vuelve extremadamente sensible de tal forma que puede sentir en el silencio de la noche como el universo se conecta a el y el a universo formando parte de un todo. Puede sentir la energía de la luna y leer los mensajes de las estrellas. Es como si todo de repente recobrase una vida aunque ya existente pero de la que no se era conciente. Se siente la energía de la Tierra, se la ama como se ama a un ser querido porque se comprende que ella nos permite vivir en este espacio en este tiempo, por lo sentimos respeto amor y una gran necesidad de proteger a este precioso planeta, nuestra madre.
Este no es un proceso fácil, sino todo lo contrario, ya que despertar nos permite vernos a nosotros mismos, y muchas veces no nos va a gustar lo que vamos a ver. Esto no es algo que suceda en quince días ni en un mes, este es un proceso muchísimo más largo, de muchos años. Si que es cierto que en la infancia ya vamos viviendo experiencias que muchos catalogarían como extrañas, raras o anormales. Pero todas estas experiencias vividas en la infancia en la juventud, en la edad adulta, es lo que va servir luego para nuestro crecimiento y para que podamos comprender mejor el despertar.
Toda vida esta dividida en ciclos, cada ciclo tiene un proceso y cada proceso necesita su maduración y evolución para que pueda ser transmutado. Solo cuando algo se haya superado, se subirá un escalón más en la escuela de la vida. 
El Ser cada vez siente más la necesidad de estar solo, para poder conectar con su esencia, con su divinidad.
Cuando parece que ya todo está bajo control, aparece una etapa que la llamamos la noche oscura del alma, un tiempo de retiro, de dolor, de lagrimas de incertidumbre y de muchas dudas. Un tiempo en el que se es conciente de todo, de cómo eres, de quien eres en realidad y que es lo que has venido a hacer aquí. Un tiempo de encontrarse con uno mismo para poder ver mucho más claro y en el que se es mucho más consciente de todo. Un tiempo que es absolutamente necesario porque ahí es donde empiezan las verdaderas batallas, la liberación de Karma, el des apego y la sanación de vidas pasadas.
La noche oscura del alma es como un duelo. El alma necesita estar sola para reconectarse con si misma y necesita un retiro, aislarse del mundo exterior, apartarse por un tiempo de lo terrenal y conectarse con su Ser para poder elevarse y comprender. Es un tiempo en el que uno se siente morir para poder renacer de nuevo. Todo Ser que elige un camino hacia el interior pasa por esa etapa, porque es indispensable para su evolución.
Hay personas que confunden estas etapas con una depresión, deciros que no es así. El dolor que se siente y las lagrimas derramadas son por todas aquellas cosas de nosotros y de vidas pasadas que están siendo liberadas y otras cosas están siendo transmutadas, por ello el alma llora, porque realmente siente ese dolor y ha de ser liberado.
Esta es una de las etapas más duras por las que se pasa el Ser, no existe un tiempo determinado para este periodo de oscuridad, pues es distinto para cada uno, todo dependerá del momento en el que se encuentre cada uno, de su estado, de todo lo que tenga que liberar y comprender. A veces se ponen resistencias, porque no se esta preparado del todo para ver. Por suerte es un periodo transitorio, pero que a veces puede durar hasta un año. Una vez pasado este periodo el Ser se siente mas liberado de las ataduras que le mantenían anclado y poco a poco su cuerpo físico va recobrando su equilibrio y normalidad. No debemos olvidar que aunque sea un trabajo del espíritu, este mora en el cuerpo físico su vehiculo, y también lo sufre de tal forma que lo manifiesta en pequeñas dolencias, desde contracturas musculares, dolor articular, cansancio, euforia a veces sensación de mareo o vértigo, pero jamás generará una enfermedad grave. Todos estos síntomas también son pasajeros y desaparecen con el tiempo.
La verdadera noche oscura del alma ocurre una vez y ella marcará un antes y un después en toda vida aquí y ahora. Una vez se ha salido de este periodo de oscuridad y de entendimiento, el Ser entra en una fase nueva, porque ha renacido de nuevo a la vida una nueva vida en la que sabe que ya no hay marcha atrás, pero que vale la pena vivirla.
El tiempo, el trabajo interior y de evolución del día a día, nos puede llevar a nuevos periodos y retiros de noche oscura del alma, pero ya son procesos más cortos en tiempo, no tan duros ni intensos, ni tan dolorosos.
Esta es una realidad que muchos de los Seres que habitan aquí en la Tierra han pasado o están pasando por ello. Decirles que no se asusten que todo forma parte de este proceso, que esta dentro de la normalidad, que no pasa nada y que todo es pasajero, pues forma parte de una transformación o metamorfosis que el Ser por voluntad propia ha decidido caminar.
Espero y deseo de todo corazón que este mensaje sirva de ayuda a todo aquel que se encuentre en este proceso, para que pueda comprender mejor